Cortos de luces

Comentaba ayer la noticia de ADN Weekend de Barcelona sobre el conflicto entre los comerciantes de Barcelona y el Ayuntamiento por el despliegue de luces que estaban haciendo tanto los comercios como el Ayuntamiento. Y hoy hemos desayunado con una entrevista a nuestro amigo Esteban de Aymerich en el Diario Vasco, para comentar la iniciativa que ha puesto en marcha en San Sebastián: Queremos luces de Navidad en San Sebastián.

Seré breve y me limitaré a hechos básicos. Creo que ningún ayuntamiento tiene que poner ni dejar de poner luces de Navidades. Los comerciantes barceloneses están orgullosos de sus comercios, sus escaparates y sus ofertas y han puesto dinero de sus bolsillos para iluminar y ornamentar las calles de toda la ciudad. No sé si será por sus raíces fenicias o es que simplemente aplican la lógica de poner luces porque les sale a cuenta. El ayuntamiento «se suma» a esa fiesta de luces y los comerciantes dicen que la han cagado. En este caso la coacción y poder del Ayuntamiento era, una vez más, para fomentar el comercio navideño. La coacción coacción es y no hay vuelta de hoja.

Aquí, en nuestra Done Ostia, seguimos ahondando en la dinámica diabólica del provincianismo y de la indigencia intelectual. Entiendo que por la crisis el Ayuntamiento  no gaste en el tema de las luces, pero que tampoco lo haga en el 90% de gilipolleces que lleva a cabo. Y de los no-comercios ni hablemos. Tenemos un tejido comercial que, salvo honorsas excepciones, lo único a lo que aspira es a sobrevivir a cuenta de medidas proteccionistas. El no-comercio easonense es lo más retrógrado y reaccionario que puede haber ¡y además piensan que nos hacen un favor a los consumidores! ¡Un lobby de lo más cutre!

Esto es muy fácil: con el dinero de mis impuestos NO quiero ni luces de Navidades ni nada. Si los no-comercios deciden que quieren poner lucecitas hasta en los sujetadores de las dependientas allá ellos y sus dependientas ¡pero que apoquinen y aflojen la pasta de sus bolsillos!

Yo lo que quiero es una ciudad libre con mercados y comercios  dinámicos para asegurar una armonia real y práctica entre comerciantes y consumidores. Sólo pido eso.

¿Queda claro? El que quiera mojones que se moje los cojones.

Lo que comentaba, cortos de luces.

Crédito fotográfico | Sir Anthony Worldgate