Archivo de la categoría: Economía

¿Cuánto tiempo trabajamos?

En Basqueland tenemos convocada un huelga general. Perfecto. Mientras la gente pueda ir al trabajo o quiera hacer huelga con total libertad, adelante.

Me pregunto una cosa básica. Tanto follón con la edad de jubilación para arriba y para abajo, pero ¿cuánto trabajamos (de manera remunerada) a los largo de nuestra?

Hago unos sencillos números:

  • Esperanza de vida de la mujer en España: 84.3 años x 365 días x 24 horas = 738.468 horas de vida femenina
  • Esperanza de vida del hombre en España: 78.2 años x 365 días x 24 horas = 685.032 horas de vida masculina

Vida laboral:

  • Supercurrela: 65 – 16 = 49 años trabajados x 1650 horas/año = 80.850 horas laborales.
  • FP Superior: 65 – 20 = 45 años trabajados x 1650 horas/año = 74.250 horas laborales.
  • Universitario: 65 – 23 = 42 años trabjados x 1650 horas/año = 69.300 horas laborales.
  • Universitario normal: 65 – 28 = 37 años trabajados x 1650 horas/año = 61.050 horas laborales.

Porcentajes trabajo/vida:

  • Supercurrela: Mujer = 10.9%. Hombre = 11.8%.
  • FP Superior: Mujer = 10%. Hombre = 10,8%.
  • Universitario: Mujer = 9,4%. Hombre = 10,1%.
  • Universitario normal: Mujer = 8.3%. Hombre = 8.9% .

Teniendo en cuenta que poca gente trabaja hasta los 65 años en España mis cálculos son optimistas respecto a las horas trabajadas.

Resultado: trabajando un 10% de horas vitales remuneradas de media conseguimos pagarnos los gastos actuales, las inversiones, el ocio, la jubilación, las horas de sueño…¡y además nos llega para pagar la jubilación a las generaciones precedentes! En fin, que parece que nos lo hemos montado bien y aquí trabajadores sufridos…lo que se dice sufridos, pues como que pocos, ¿no?

HOYGAN Así que que estamos ante un chiringuito de dimensiones cósmicas.

El garaje no existe

El garage de HP donde nació Silicon Valley (1939) Foto: Hewlett-Packard

Quise escribir este post a los dos días de la emisión de A la conquista de Silicon Valley (05/06/2010) de en Informe Semanal. Sin embargo, lo publico ahora. Suele pasar.

Lo hago porque en los últimos meses he podido estar semanalmente informado sobre lo que pasa en Silicon Valley gracias a mi compañero de fatigas en Gente de Euskadi – Nuevas Tecnologías en Onda Cero, Mario Pena, de Safe Creative, que es  la primera plataforma de registro, información y gestión de propiedad intelectual para la realidad digital y que están implantando en California su base useña. De la misma forma en diciembre pudimos estar siguiendo a la gente de #NASF, la expedición de emprendedores navarros a San Francisco, y compartir las vivencias.

En Europa estamos emperrados con los sistemas nacionales de innovación, los sistemas regionales de innovación y con los sistemas sectoriales de  innovación. En los EE.UU. pasa lo mismo pero bajo el paraguas de ecosistema. El hecho es que la obsesión por copiar Silicon Valley viene de lejos, ya que en la década de 1950 Nikita Khrushchev se empecinó en tener su Silicon Valley que denominó Akademgorodok, la Ciudad Académica, en el centro de Siberia.

Al  margen de los grandes discursos y dejando de lado el romanticismo relacionado con en EE.UU. todo es posible, lo que verdaderamente me inquieta y me preocupa es que las condiciones del entorno para que se den genialidades en garajes no existen en Europa. No es casual sino causal que esa y otras genialidades se den en Silicon Valley.

2ª parte del documental A la conquista de Sillicon Valley

Ha llegado la hora de la economía

Un milagro. Discurso del economista Enrique Fuentes Quintana a los tres días de ser designado Vicepresidente segundo para asuntos económicos y en vísperas de los Pactos de la Moncloa que se firmaron en 1977. La inflación acariciaba el 50%, el paro estaba desbocado, la deuda externa aumentaba y todo el capital huía de España.

La gravedad de la crisis, la responsabilidad de los políticos apelando a la sociedad civil. Más concretamente, un economista queriendo explicar la gravedad de la la situcación, dejarlo claro y afirmar que se van a dar pasos concretos y que todo el mundo tiene que arrimar el hombro. Y para ello sale en TV en horario de máxima audiencia y lo explica.

La situación actual, por mucha información que tengamos, es la contraria. Es lamentable pero tenemos políticos que van desde el Presidente del Gobierno al alcalde de Orejilla del Sordete que están mintiendo sistemáticamente sobre los datos económicos, ocultando la realidad, y que emplean todo tipo de eufemismos para no describir correctamente la realidad.

Políticos y sociedad civil hemos olvidado un concepto básico: la responsabilidad. «Pero ustedes saben que a los temas enojosos hay que hacerles frente y cuanto antes mejor». Ha habido mejores épocas para los grandes cambios y como siempre, mientras la música suene en la cubierta del Titanic que todo el mundo siga bailando.

Enrique Fuentes-Quintana en Wikipedia

¡Y otra de gambas!

Soy de los que cree que lo mejor que nos puede pasar en España es que nos metamos una hostia aún más morrocotuda. Aún más partidario del «cuanto peor mejor». Nuestra piara (con perdón a los cerdos) se lo merece. Al parecer no se nos cae la cara de vergüenza con los datos e información que sale todos los días. «Yo estoy bien, es el vecino el que está jodido», lema hispano del momento. Mientras tanto, la revolución silenciosa de una dictadura aún más silenciosa como el estado omnipresente sigue dando pasos inexorables. Sólo en 1 de las 17 CCAA de España ha descendido el porcentaje de empleados públicos entre 2007 y 2010, además de en Melilla, donde lo hace de un ¡¡¡59,7% a un 48,6%!!! Diviértanse con los gráfiquitos de la noticia porque no tienen desperdicio alguno.

Y no sé si leer al Catedrático de  Economía de la London School of Economics, Luis Garicano, me genera alguna esperanza o ganas de coger el hatillo y largarme de vuelta a Londres. Sería lo suyo.

Crédito fotográfico: konomiho

Unión Monetaria Europea o de la soberbia política

Alberto Recarte

Me he leído el artículo La Unión Monetaria Europea: un proyecto peligroso, incompleto y precipitado, que Alberto Recarte publicó el 3 de septiembre de 1997 en A favor y en contra de la Moneda Única (Fundación Argentaria) y que ha vuelto a reproducir en Libertad Digital.

Ruego encarecidamente la lectura del artículo pues como en todo lo que escribe Recarte se expresa de manera exacta y clara.

A continuación destaco ideas esenciales de la introducción que ha añadido.

La economía española está condenada, salvo una catástrofe política, a hacer las reformas. Y las reformas se harán, aun a costa de un desempleo enorme, de la reducción de las transferencias sociales a partir de 2011, de la desaparición de las inversiones públicas en infraestructuras y de la congelación o disminución nominal de los salarios de la mayoría de los empleados del sector público y del privado.

Casi nada de lo que nos está ocurriendo es un accidente. Los riesgos del euro sin reformas eran conocidos. Por los europeístas y por los euroescépticos. Las declaraciones de Roubini no añaden nada a lo que ya sabíamos. Lo que no era previsible el 1 de enero de 1999, fecha de la entrada en vigor de la Unión Monetaria Europea, era una política monetaria tan alocada como la de Greenspan en la Reserva Federal y que el Banco Central Europeo y los otros bancos centrales le siguieran en la relajación de las normas de control y regulación de los respectivos sistemas financieros. Tampoco era previsible ni que, con la misma política monetaria en el área euro el crédito creciera el 8% anual en Alemania y el 18% en España, ni el tamaño de nuestra burbuja inmobiliaria. Esa política monetaria laxa, de desregulación y descontrol, es la que ha desencadenado la gran recesión, junto con la manipulación del tipo de cambio de sus monedas por parte de China y de otros países asiáticos.

Pero ahora estamos hablando de otro problema. Ahora lo que se plantea son las dificultades específicas de países como Grecia, Portugal, España, Irlanda e Italia, integrados en el euro, para salir de la crisis. Precisamente por las dificultades que tienen para ser competitivos, lo que nos obliga a todos a reducir precios y salarios sin devaluar. Ese era el problema de la Unión Monetaria Europea para todos los países miembros antes de que entrara en vigor. El temor de los euroescépticos españoles de aquel momento era que si la economía española perdía competitividad habría un momento en que dejaría de crecer. El temor era que una misma política monetaria europea fuera inapropiada para unos o para otros. El temor era que nuestro Gobierno no hiciera las reformas necesarias.

La última advertencia de Recarte la suscribo de comienzo a final.

No pretendo recordar que lo que nos está pasando tenía una probabilidad elevada de ocurrir en 1997, hace 13 años, sino llamar la atención al Gobierno y a la oposición, a los sindicatos y a la patronal y a cualquier español interesado en nuestro futuro de que estamos en el euro por una decisión política compartida por la inmensa mayoría de los partidos y que las reformas pendientes, que también son decisiones políticas, deberían también adoptarse por aplastante mayoría.

Crédito fotográfico: Sir Anthony Worldgate

La gran evasión

Desafortunadamente no me refiero a la recordada película de John Sturges. Uno no sabe si se le queda cara de gilipollas cuando lee noticias en las que el Catedrático Plenipotenciario en Asuntos Económicos, Pepiño Blanco, denuncia un complot contra España o si, por contra, ya teníamos la cara de gilipollas bien dibujada y delineada por nuestro ADN y Blanco, simplemente, se aprovecha de eso. Lord Brennan ha tenido que salir a poner los puntos sobre las íes.

La estampida sufrida por la bolsa española así como el repunte del riesgo-país son consecuencia de un tipo de democracia que los gobiernos locales no controlan: la democracia del dinero. Piensan, con acierto, nuestros políticos que el derecho de pernada se puede ejercer con el mercado cautivo de votantes y en cierta manera es lo que pasa en una democracia cuatrienal y pueril como la española. Afortunadamente para las personas hay ámbitos donde eso no ocurre y cuando uno se dedica a malgastar el dinero de todos, cuando se dedica a apagar fuegos, cuando decides no tomar una sola medida sería para abordar la Gran Recesión, en definitiva, cuando uno es un chapucero y además alardea, el inversor con dos dedos de frente coge y se lleva la pasta a otro lado. Y si se queda, te cobra el doble porque no se fía ni un pelo.

La economía y la vida son un juego (in)consciente de incentivos. En los países bananeros los políticos cobardes no quieren tomar medidas preventivas que les resten votos (algo lógico, por otra parte). Luego, en plena crisis, hablan de complots y conteburnios que dan muerte a Manolete. Y los ciudadanos, bananeros, bloquean todo intento de mejora.

Pensiones, debates y libertad

Algunos no pararemos nunca hasta conseguir que el nivel de los debates sobre cualquier tema, pero sobre los de política económica en particular, sean homologables al resto de los países civilizados de Europa. En ello va nuestra nuestra libertad como ciudadanos o el camino relajado hacia la tiranía.

Es fundamental contrastar diferentes argumentos de gentes que aun pensando diferente hacen un razonamiento y plantean propuestas de calado. Y lo mínimo que podemos hacer los ciudadanos es hacer de amplificadores de aquellos que intentan mostrar con argumentos bien sólidos sus planteamientos. Además, no olvidemos que están en juego los frutos futuros de nuestro trabajo presente, los ahorros.

Hoy os paso dos piezas que me han interesado de entre la vorágine que está causando la propuesta de reforma del sistema de pensiones públicas.

El primer texto es del ex-ministro de Administraciones Públicas y economista Jordi Sevilla (1956), que ha escrito lo siguiente en su blog:

Propongo una transición a veinte años que vaya reduciendo las actuales cotizaciones sociales a la vez que se crea e implanta un IMPUESTO GENERAL SOBRE EL GASTO vinculado al IRPF y a Sociedades y cuya base impositiva sería la diferencia entre lo ingresado cada año y lo ahorrado. Es decir, un impuesto sobre el gasto. Por otro lado, todas las pensiones se irían unificando en una sola cuya cuantía sería diferente en función de un número de variables que pueden incluir años trabajados, salarios percibidos o estado de necesidad.

El segundo texto escrito en Libertad Digital es de José Barea (1923), catedrático emérito de Hacienda Pública de la Universidad Autónoma de Madrid y persona que ha sido consultada y, acto seguido, apartada sistemáticamente por todos los Gobiernos de España a los que ha servido por decir verdades como puños y atreverse a hacer análisis certeros. 

A mi juicio, la reforma debería consistir en:

  1. Alargar la edad de jubilación forzosa a los 70 años
  2. La base reguladora para calcular el periodo de contribución se extendería a todo el periodo contributivo
  3. El porcentaje que ha de aplicarse a la base reguladora para calcular la pensión sería proporcional al número de años cotizados
  4. Todos los regímenes de la Seguridad Social deben tener la misma presión contributiva, es decir, que la suma de las cuotas del trabajador y del empresario representen el mismo porcentaje de la base reguladora.
  5. Supresión de las jubilaciones anticipadas.

Mientras tanto, a nuestros políticos no les afectará la reforma y cobrarán la pensión máxima con 7 años de cotización. Total, ¿por qué les iba a afectar?

The Economics Profession of the Future?

Elinor Ostrom

I’ve just received the following email.

Following the October announcement that institutional economists Elinor Ostrom and Oliver Williamson had been awarded the 2009 Nobel Prize in Economics, the following comments were posted on the “Economics Job Market Rumors” blog, which is read by economics PhD students, post-docs and young faculty:

http://www.econjobrumors.com/topic.php?id=5151.

Needless to say, the contributors are anonymous.

With a few exceptions, this blog sadly reveals the ignorance, disciplinary narrowness, and sexism of the commentators. Does this betoken the next generation of leading economists?

Material in square brackets has been added by the editor of this document. Some of the more crass contributions have been removed.

Nobel BULLSHIT!!!! Who the fuck are these idiots? Never heard of them … ever. What kind of bullshit is this? This year is the worst.

Seriously! Are you putting these two on par with Hansen, Fama, Tirole, etc.? I don’t understand this year’s pick. Really bad. I agree

Well, they had to give it to a woman at some point. Why not just throw a dart at a board. I never saw their work on any reading list during PhD.

A stupid Nobel pick to accompany a stupid job market this year. Our field is falling apart.

Never heard of Ostrom in my life. Lame.

All you guys need to READ MORE. The market rewards multidisciplinary work more and more.

This girl seems to be a political scientist. I dont think she has published original research in any major economics journal.

Wow, that was stupid. There were rumors that they were under pressure, since a woman has never got the award.

Multidisciplinary?? Other disciplines are all rubblish [sic]. Why let them conteminate [sic] our purity?

Economics is superior. Don’t let political science conteminate [sic] us!

She has an EJ, two JEPs, two JEBOs and a couple more of that sort. Enough for tenure between the top 100 and 200. There are scores of women with much better records and much better known contributions to economics. Of course, polsci doesn’t have its own award, so perhaps she merits the Nobel for her contributions there.

why don’t you read about her contribution instead of just counting publications and talk about rankings. These are imperfect measures of impact or quality of published work.

The fact that most of us have not heard about her says enough about her contributions.

Sorry. The fact that NONE of us have not [sic] heard about her says enough about her contributions.

This is the problem with Affirmative Action: last time a woman tried to go to the moon, the Challenger exploded 73 seconds after the launch. now, this is the end of Economics.

Seriously, this is a sensible and insightful award to an original and careful researcher whose work is widely cited precisely because it is original. To those of you who have never heard of her: you might start by asking why your lazy micro teachers inflict a narrow range of material on you that typically consists of selected papers from their own back catalog, the work of their buddies and one or two classics they themselves were forced to swallow in grad school. To those of who complaining that’s she’s never published in your favorite ‘top journal’: yes, despite that shameful handicap she is one of the most cited social scientists around, by economists and non-economists alike.

You’ve never heard of Oliver Williamson? Then you need to march into your chair’s office and demand they take back your PhD as you’re an ignorant loser.

These postings really do show the narrow training of many economists. In fact, economics departments in most universities are highly isolated places in the larger world of social science. To trash a scholar as serious and insightful as Ostrom is a shame.

What if the commons is actually an important field of study and the fact that most of us never read anything about it during graduate school is something that economic theory lecturers should take into account when formulating their syllabi?

maybe, but she still got it only because she’s a woman.

[and much more …]

Compiled by Geoff Hodgson

21 October 2009

Crédito fotográfico: rpdorgan

La tragedia de los bienes comunales, por Xavier Sala i Martín

Xavier Sala i Martín

Xavier Sala i Martín

A continucación reproduzco la nota que publicó ayer en Facebook el catedrático de economía de Columbia, Xavier Sala i Martín, sobre la concesión del Nobel de Economía a la useña Elinor Ostrom.

«¿Se han fijado que cuando vamos al restaurante en grupo y dividimos la cuenta entre todos, la factura es mucho más alta de lo que sería si cada uno pagara lo suyo? Si cada uno paga lo suyo, todos evaluamos el beneficio y el coste de pedir langosta. Si el coste es demasiado alto, nos decantamos por el pollo que es más barato. Pero si el coste de la langosta se divide entre quince, ya no sale tan cara por lo que decidimos pedirla. El problema es que todos los comensales piensan lo mismo por lo que, si la factura se divide entre todos, todos acaban comprando langosta y la factura es estratosférica (estratosférica porque, además, ¡al final todos piden copas y puros!).

Este es un problema económico que se conoce con el sobrenombre de “la tragedia de los bienes comunales”. Los bienes comunales son aquellos que mucha gente puede utilizar a la vez: un parque, el mar, el aire que nos rodea, el bosque y los aparcamientos en las calles de la ciudad. Todos ellos comparten un fenómeno curioso: cuando uno los utiliza, el beneficio es para el usuario pero los costes se comparten entre todos. Si las tierras de pasto son comunales (como lo eran el la Europa medieval), la hierba que come mi vaca me beneficia a mí, el propietario, porque permite que mi vaca de mejor leche o mejores terneras. La destrucción que genera mi vaca cuando come, sin embargo, es compartida por todos los propietarios de vacas ya que ellas se quedan sin pasto para comer. La tragedia de este tipo de situaciones es que, al ser los beneficios individuales y los costes compartidos por toda la sociedad, los usuarios tienden a poner demasiadas vacas y a sobre-utilizar o sobre-explotar los recursos. Igual que nos pasa en el restaurante. De este modo, los pescadores tienden a pescar demasiado hasta que nos quedamos sin peces en el mar y los leñadores tienden a cortar demasiados árboles hasta que nos quedamos sin bosques. Esa es la tragedia de los bienes comunales.

Para solucionar el problema y evitar la tragedia, se han propuesto dos tipos de soluciones. La primera es la privatización. Si la tierra de todos se divide en parcelas y cada una de nuestras vacas sólo puede pastar en nuestra granja, cada uno de nosotros se encargará de mantener un número de vacas que permita al pasto volver a crecer sin desaparecer porque si el pasto desaparece, yo mismo me voy a quedar sin vacas. En el caso del restaurante, si en lugar de una factura común, cada uno paga lo suyo, cada uno pide lo que le guste sujeto a la cantidad de dinero que quiere y puede gastar, y nadie pide langosta.

La privatización de los bienes comunales a veces es complicada por la naturaleza del bien en cuestión. Por ejemplo, sería muy difícil dividir el mar en parcelas. Para estos casos, las sociedades han encontrado otra solución: la intervención del estado. El estado se apropia del bien comunal (el mar) y decide cuánto pescado puede pescar cada barco. Una vez recogida la cuota, el estado multa a los que se pasan. En el caso del restaurante, la solución consistiría en establecer una ley que prohibiera a los grupos de más de 6 personas pedir langosta. Por ley.

¿Por qué les explico todo esto? Pues porque el premio Nobel de economía 2009 ha sido concedido a Elinor Ostrom, una politóloga que explica que existe una vía para evitar la tragedia de los bienes comunales: la cooperación. Si la gente que va a cenar en grupo lo hace repetidamente, son amigos y tienen sentido de la vergüenza, seguramente desarrollarán mecanismos para evitar que nadie se pase: el que pide langosta un día no es invitado el día siguiente, o se le recrimina en público o se habla entre todos para ponerse de acuerdo para que no pase.

Las investigaciones de Ostrom están entre la economía, la antropología y la ciencia política. Un ejemplo interesante que explica Ostrom ocurre con los pastos de los nómadas del centro de Asia. Los satélites detectaron hace años que el pasto en las zonas de Rusia y China estaba desapareciendo mientras que los de Mongolia, no. Ostrom observó que en Rusia y China las tierras estaban colectivizadas por el gobierno mientras que las de Mongolia seguían siendo explotadas según las normas milenarias de las tribus nómadas de la zona (que compartían tierras y se respetaban entre ellas de tal modo que nadie se atrevía a perjudicar a las tribus vecinas). En 1980, China cambió de sistema y privatizó la explotación. Los satélites demostraron que los pastos no aumentaron. Con este ejemplo, Ostrom demostró que la solución encontrada por las tribus milenarias basadas en la cooperación y el respeto, a veces son superiores a la privatización o a la intervención pública.

Ostrom no estaba entre los favoritos (lo escribo en masculino porque entre los favoritos no había ninguna mujer) a recibir el premio Nobel este año. Su contribución no es ni de las más citadas ni de las más conocidas del mundo. Yo, de hecho, confieso que no sabía quién era Elinor Ostrom hasta el día que se le concedió el premio. Su metodología no es la más comúnmente aceptada por la mayoría de la profesión. Y sus conclusiones no parecen tan sólidas o bien probadas como las que la ortodoxia exige a los investigadores comunes. Pero, ya se sabe, a veces el comité Nobel le gusta premiar las fronteras de la heterodoxia y eso, a la ortodoxia, no le gusta. Yo siempre he sido defensor de escuchar las ideas minoritarias porque en ciencia no es democracia y, a veces, cuando una persona como Copérnico o Darwin defienden una idea que va contra el pensamiento de la mayoría, a veces esa persona tiene razón. Bienvenido sea, pues, el premio Nobel a la señora Ostrom, no porque sea una mujer, sino porque es una nueva manera de pensar en cómo evitar la tragedia de los bienes comunales.»

La tragedia…de la «ciencia» económica

Elinor Ostrom, premio Nobel de Economía 2009

Elinor Ostrom, premio Nobel de Economía 2009

Ayer por la noché leí la nota que publicó Xavier Sala i Martín en Facebook, que tituló «La tragedia de los bienes comunales» y versaba sobre la concesión del Nobel de Economía a Elinor Ostrom.

Destaco el último párrafo del artículo.

«Ostrom no estaba entre los favoritos (lo escribo en masculino porque entre los favoritos no había ninguna mujer) a recibir el premio Nobel este año. Su contribución no es ni de las más citadas ni de las más conocidas del mundo. Yo, de hecho, confieso que no sabía quién era Elinor Ostrom hasta el día que se le concedió el premio. Su metodología no es la más comúnmente aceptada por la mayoría de la profesión. Y sus conclusiones no parecen tan sólidas o bien probadas como las que la ortodoxia exige a los investigadores comunes. Pero, ya se sabe, a veces el comité Nobel le gusta premiar las fronteras de la heterodoxia y eso, a la ortodoxia, no le gusta. Yo siempre he sido defensor de escuchar las ideas minoritarias porque en ciencia no es democracia y, a veces, cuando una persona como Copérnico o Darwin defienden una idea que va contra el pensamiento de la mayoría, a veces esa persona tiene razón. Bienvenido sea, pues, el premio Nobel a la señora Ostrom, no porque sea una mujer, sino porque es una nueva manera de pensar en cómo evitar la tragedia de los bienes comunales.»

Y yo repito lo que ya dejé por escrito en el post Aprendiz de economista.

«Más allá de cualquier debate sobre diferencias metodológicas, se ha perdido el más elemental de los alicientes para ser tomados en serio: la honradez. Fuera de ese escenario poco me importan esas disputas metodológicas sobre cómo habría que abordar la Economía. El hecho fundamental es que para convertirnos en una ciencia supuestamente respetada hemos cometido un error que destruye de raíz toda confianza en lo que hacemos, y no es otra cosa que copiar descaradamente lo que hacen otra ciencias.»

La ortodoxia consiste es empotrarse contra la pared por ir de listillos, copiar a otras ciencias y ser, en la mayoría de los casos, cobardes en términos intelectuales.

¡Viva nuestra ciencia!